Se fue...
- 12 nov
- 2 Min. de lectura

En el trabajo con adultos mayores institucionalizados la muerte no suele ser un evento excepcional, más bien se manifiesta con cierta frecuencia, atravesando la cotidianeidad de nuestro trabajo y exigiéndonos pensar dispositivos de escucha y acompañamiento para sostener(nos).
Los voluntarios, estudiantes y profesionales no permanecemos al margen, acompañamos y en ese acompañar nos encontramos inevitablemente tocados por estas pérdidas que suelen ser muchas veces abruptas.
"Se fue hoy a la mañana" nos susurra una empleada mientras señala una silla vacía. "¿Se fue...fue?" pregunta despacito un compañero tanteando lo qué significa esa ausencia. Sabemos que muchas veces el "se fue" puede implicar un traslado a otra residencia más barata, a veces una internación en un hospital, quizás significa que el adulto está paseando con la acompañante terapéutica en la Plaza Sarmiento o puede significar su fallecimiento.
Este encuentro con la finitud no solo interpela a los otros adultos sino también a quienes acompañamos.
A veces la noticia nos es comunicada con antelación pero muchas veces nos topamos con ese "se fue" en el medio del desarrollo de una actividad lúdica, en una guitarreada, a veces susurrado en los pasillos.
Suele pasar que los adultos aún no saben de la noticia, en ese caso ese "se fue" está cargado de señas y silencios. Un gesto, una mirada, un ¿viste quien se fue ? dicho despacito mientras repartimos fotocopias invita a acompañarnos, a sostener(nos) en esos pequeños intersticios entre aplausos y la siguiente canción : reconocer que no estamos solos en la experiencia.
Desde la Asociación Los Pajaritos acompañamos también a quienes acompañan, generamos espacios más tranquilos, fuera de lo institucional para escucharnos, tomarnos el tiempo necesario, permitir que circule la palabra, acompañarnos, detenernos a compartir lo que nos sucede.
Con esta publicación queremos repensar nuestro trabajo en las instituciones ya que tiene desafíos que pocas veces se muestran y los resultados no son tangibles (como construir una casa o la entrega de un alimento).
OFRECEMOS PRESENCIA ENTRE TANTAS AUSENCIAS, OFERTAMOS UNA ESCUCHA SINGULARIZANTE Y ACOMPAÑAMOS EN EL ÚLTIMO TRAMO DE LA VIDA A ADULTOS QUE SE ENCUENTRAN SOLOS.
Cada espacio que construimos lo hacemos juntos, y aunque muchas veces esto no se vea, en cada "se fue" habita también lo compartido con cada adulto: la risa, las charlas que permitieron alojar la angustia, los juegos, las canciones.

Comentarios